Malos hábitos del conductor que pueden provocar averías en el motor
Se considera al motor del vehículo lo equivalente al corazón humano, y es que un mal funcionamiento en este elemento puede influir en gran medida en la vida útil de nuestro automóvil
n más de una ocasión hemos hecho hincapié en la importancia que tiene mantener en buen estado el motor de nuestro vehículo, es por ello por lo que hoy, con la ayuda de RO-DES Recambios, repasaremos los distintos malos hábitos o vicios del conductor que son perjudiciales para el buen funcionamiento de este vital componente.
Esteban Alabajos, gerente de Grupo RO-DES, lo tiene claro y nos muestra su opinión según los datos estadísticos recabados por su empresa: “Siendo profesionales en la venta de motores y cajas de cambio de desguace, puedo decir que son muchos los usuarios que contactan con nosotros para adquirir un motor de segunda mano o reconstruido, explicándonos la causa de rotura del antiguo. Muchos de estos fallos se deben a malos hábitos por parte de su conductor”.
Dicho esto, y sin más demoras, nos disponemos a enumerar los comportamientos que deberás evitar para que el motor de tu vehículo sufra una grave avería.
Malos hábitos en el conductor
Se ha de tener en cuenta, ante todo, el tipo de motor que monta tu automóvil, pues en la actualidad, generalmente, son tres: motores de combustión (diésel, gasolina, GNC, GLP…) motores híbridos (combina el uso de un motor de combustión y otro eléctrico) y motores puramente eléctricos.
Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, así como los consejos publicados en la web de Grupo RO-DES, vamos con la información protagonista de este artículo: Los malos hábitos del conductor que podrían provocar averías en el motor.
Apurar el depósito de combustible
Esperar a que salga el testigo de la reserva para repostar en el cuadro de instrumentos no es una buena opción si lo que quieres es que tu vehículo funcione correctamente durante más tiempo. ¿Por qué? La respuesta es bien sencilla: El carburante sirve como refrigerante para la bomba, ubicada, en la mayoría de
casos, dentro del depósito.
Al apurar el depósito de gasolina hasta el último momento, la bomba podría absorber aire en lugar de carburante, dando lugar a averías.
Otro de los motivos para no apurar la reserva es que las impurezas presentes en el fondo del depósito
podrían llegar hasta el motor, afectando a sus prestaciones y consumo.
Equivocarse al repostar
Introducir un combustible inadecuado en el vehículo o repostar carburante de baja calidad puede generar una mala combustión en el motor, produciendo una avería en el mismo, junto a los posibles daños que se ocasionarían en los inyectores, bomba de inyección, la bomba y el filtro de combustible.
Un claro ejemplo es el de echarle gasolina a un coche diésel o viceversa, y en este artículo puedes leer, si te interesa este tema, cuáles son las consecuencias de ello.
Esperar con la marcha puesta
Con un uso correcto del embrague, podemos hacer que este elemento dure casi lo mismo que el vehículo. Pero se ha de tener en cuenta que esta pieza tiene ciertos límites, y es que hay ciertas conductas (totalmente innecesarias) que provocan la disminución de su vida útil.
Tener la marcha puesta mientras esperamos en un semáforo o atasco es una de estas medidas innecesarias, pues ocasiona su desgaste y podría llegar a ser perjudicial también para el motor.
Circular frecuentemente a un ritmo excesivamente lento
Este es uno de los hábitos más comunes en el conductor, pero lo que no sabes es que puede provocar grandes repercusiones en el funcionamiento y estado del motor.
En estos casos, el propulsor acumula suciedad, pues no se beneficia del flujo de gases de escape generado a cierta velocidad. Y no solo eso, la válvula EGR también es uno de los componentes afectados en este punto, pudiendo llegar a obstruirse y a presentar fallos.
Punto muerto en pendientes
Muchos conductores utilizan el punto muerto en las bajadas prolongadas para así “Ahorrar combustible”, pero la creencia de que esto funciona es totalmente errónea. Si en lugar de poner punto muerto (donde el vehículo “intuye” que debe trabajara ralentí, provocando que la inyección envíe el combustible al motor en proporciones mínimas) levantamos el pie del acelerador y dejamos una marcha puesta, sí lograremos un menor consumo ya que en este caso son los propios neumáticos los que ejercen el movimiento.
Apoyar la mano en la palanca de cambios
Te suena ¿Verdad? Los vehículos con tipo de cambio automático no tienen este problema, pero los que conducimos un vehículo con caja de cambios manual solemos dejar apoyada la mano sobre esta.
Este hábito tiende a provocar un desgaste en el conjunto de elementos del vehículo, pudiendo hacer que su funcionamiento no sea correcto e incluso llegando a provocar averías.
Conducir con los neumáticos con una presión inadecuada
Simplemente hay que entrar en lógica ¿Qué sería del vehículo sin los neumáticos? La respuesta es: Nada.
Los neumáticos son el único elemento que nos permite conectar el vehículo con el suelo, siendo de los componentes más importantes del coche. Es por ello por lo que llevarlos con una presión inadecuada puede generar grandes consecuencias.
- Si las ruedas llevan una presión baja: El consumo de combustible aumentará, los neumáticos se desgastarán y el riesgo de sufrir un reventón en carretera será mucho mayor.
- En el caso totalmente opuesto, si los neumáticos llevan una presión demasiado alta, se perderá contacto con el suelo, pudiendo llegar a afectar a la estabilidad del propio vehículo.
No realizar los mantenimientos indicados por el fabricante
Todo vehículo debe realizar sus mantenimientos preventivos y periódicos, indicados por el fabricante en el manual de usuario y en donde se ofrecen las pautas a seguir para conservar el vehículo en estado óptimo.
De no hacerlo, será el motor del vehículo el que podría verse afectado, pues al no conocer cuál es el estado de las distintas piezas que forman parte de la mecánica del coche, no podremos evitar determinadas averías.
No revisar de forma periódica el nivel de aceite
Comprobar el nivel de acete del vehículo es un aspecto clave para garantizar un correcto funcionamiento en el motor. En este punto nos podemos encontrar con las siguientes situaciones:
- Exceso de aceite: La consecuencia de esto sería la posible causa de avería en el turbo o el filtro antipartículas (FAP).
- Nivel de aceite más bajo que el recomendado: Esto provocaría una lubricación insuficiente pudiendo llegar a provocar un desgaste en el motor, un sobrecalentamiento y, en el peor de los casos, el gripado del motor.
Son muchos los malos hábitos que están directamente relacionados con el conductor, por ello te aconsejamos evitar también el uso de agua corriente como refrigerante, los acelerones con el motor frío o paradas inmediatas tras un viaje, así como utilizar un lubricante inadecuado.
Y recuerda, en AIKO MOTOR somos especialistas en servicios de Restauraciones de vehículos y de Chapa y Pintura en la Comunidad de Madrid, ofreciendo un excelente y confiable servicio a cada uno de nuestros clientes, siempre con primeras marcas y la mejor tecnología.
Entrada de Blog en colaboración de talleres de restauración en carrocerías de vehículos Aiko Motor con Grupo RO-DES
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